Este unipersonal es la expresión de lo vivenciado y reflexionado a partir de la última dictadura en Argentina. Es la necesidad del alma de encontrar respuestas y la posibilidad del arte actoral para ofrecerlas.
«Los personajes permiten poner en el cuerpo de la actriz la reflexión, el humor, la denuncia mientras espera el regreso de los compañeros y compañeras».
«Pegadito a la vida» se estrenó en Mendoza en 1991 en el Teatro Quintanilla con la dirección de Pablo Seydell y la escenografía de Bibiana Buzzaqui. Desde entonces fue puesto en escena en distintos escenarios del país y también en Chile, España, Estados Unidos y Alemania.
Actualmente su vigencia dramática hace posible su reposición con la dirección de Celeste Seydell y la asistencia de Federica Bonoldi Rufener.
Esta nueva versión fue presentada en el Teatrino de la Universidad Nacional de Cuyo y en La Rioja con motivo del mes de la Memoria y el auspicio del Instituto Nacional de Teatro en su proyecto «Teatro siembra Memoria» y la Dirección de Derechos Humanos de aquella provincia.
Durante la dictadura cívico–militar–eclesiástica (1976–1983) toda mi actividad teatral se vio interrumpida. A raíz de los secuestros de mi primer esposo Ruben Bravo, (actor director de teatro y primer Secretario General de la Asociación Argentina de Actores delegación Mendoza), de mi hermano Marcelo Carrera y su esposa Adriana Irene Bonoldi que estaba embarazada, formé y soy integrante de Familiares de Detenidos y detenidas desaparecidos por razones políticas. No podía actuar y mi dedicación artística fue escribir, volcando en palabras sentires y experiencias.
Ya en democracia y regresando a la actividad plena sentía la urgencia de trasmitir a la comunidad, al público aquellas cosas que alcancé a vislumbrar, del mismo modo que las que nos golpearon y pudimos transformar. Así fue surgiendo la voz propia que tomó el espacio de «Pegadito a la vida», unipersonal en el que pude manifestar mi propio descubrimiento de la trascendencia de la vida.
«‘Pegadito a la vida’ es una obra diferente de todas las que he puesto en escena; es una obra-ritual que allanó el camino de mi propia búsqueda personal y creativa».