Taller de Arte oculto

El arte en las cárceles argentinas, durante la dictadura cívico–militar–eclesiástica, nos permitió formar a nuestros estudiantes en el concepto que el arte es mucho más que un espectáculo.

En las cárceles y en momentos tan trágicos, la creatividad y el arte nos permitieron sobrevivir. Comprendiendo que la vida es colectiva y basándonos en la solidaridad, las diversas creaciones artísticas constituyeron momentos de auténtica humanidad.


Audio de Liliana Negrita Salvador sobre «comunicación, creatividad y resistencia».
«Audio de Mirta Negra Sgro sobre «arte, creatividad, teatro, literatura».

¿Por qué le llamamos Taller de arte oculto?
Oculto es lo que existe a escondidas de quienes no deben conocer. Oculto Secreto Clandestino. Hablar de lo oculto es hacerlo en voz muy bajita, casi sin palabras, solo con gestos, miradas, leves movimientos de cabeza. Nadie más que aquellos que comparten el secreto deben enterarse de lo que está sucediendo. Lo oculto, lo clandestino vive a lo largo de la historia.
Sostiene con su potencia a quienes eligen oponerse a lo impuesto, al régimen, a lo que no deja respirar. Por eso, lo surgido en la oscuridad es, en estos casos, lo que se va gestando para llegar a manifestarse con potencia. Y lo que se gestó surgió de la capacidad innata de las personas, en este caso, de presas y presos políticas de una dictadura feroz, para jugar y crear. El arte no es otra cosa que el juego profundo; el juego con el cuerpo, las voces, los elementos con los que se pueden construir artefactos, instrumentos, colores.

¿Cómo se puede conseguir eso en celdas despojadas de absolutamente todo?
¿Cómo es posible acordar, comunicarse, inventar historias, dar clases, alfabetizar, hacer ropa para los bebés que iban a nacer, llevar adelante concursos de cuentos, poesía o preparar obras de teatro?

Se pudo. Se puede. Pudieron porque los sostuvo un proyecto colectivo y porque la creatividad es capacidad de todo lo viviente.


El relato de Poupée Seydell.